¿Qué es y como se define?
La estética abarca el nivel de agrado que posee un material o conjunto en relación con su distribución, disposición u organización espacial. Una definición más precisa establece que la estética constituye una rama de la filosofía que se enfoca en el análisis y estudio de la belleza y la percepción de lo artístico. Se abordan cuestiones relacionadas con el gusto, la apreciación y la valoración de formas, colores, sonidos y otras expresiones sensoriales presentes tanto en obras de arte como en la naturaleza.
Aunque la estética y la belleza están estrechamente relacionadas, no son sinónimos en el sentido estricto. La belleza es un aspecto subjetivo de lo estético, y la estética representa una disciplina que investiga y analiza el fenómeno de la belleza junto con otros aspectos vinculados a la experiencia artística y sensorial. Comúnmente, cuando percibimos algo como estético, lo asociamos con la belleza, lo que evidencia una correlación profunda entre ambos conceptos. No obstante, ambos existen en el ámbito abstracto y subjetivo, y no se puede alcanzar una noción de belleza o estética absoluta para todos los individuos en general. A pesar de ello, ciertos parámetros pueden generar una sensación de “belleza” o “estética” en la mayoría del público.
¿De qué sirve la estética en la ingeniería?
El deber de los ingenieros radica en materializar en el mundo real conceptos, ideas o pensamientos que, en su origen, pertenecen al ámbito de lo irreal y lo imaginativo. Los ingenieros trabajamos con ideas, convirtiéndolas en realidades a través del empleo de la física y las matemáticas. Por esta razón, es crucial que sepamos cómo plasmar estas “ideas” en la realidad de manera estética, generando así una ilusión de “belleza” para quienes las observen. Pero, ¿por qué esto es tan importante? Principalmente, buscamos que nuestras creaciones sean estéticas para provocar una sensación de agrado en los demás. Sin embargo, de forma implícita, esta estética está estrechamente vinculada con una sensación de seguridad y funcionalidad. A continuación, exploraremos las razones detrás de esta relación.
Efectos Psico-sociales de la Estética.
En el vasto universo, la belleza, aunque un concepto subjetivo, se encuentra abundantemente presente debido a las leyes de la física y las disposiciones en el universo que tienden a generar armonía estética, desde las estructuras cristalinas de los materiales hasta las figuras fractales que emergen en los copos de nieve, todas ellas desplegando una estética sin igual, emanada de la propia naturaleza.
Los seres vivos, de manera implícita, buscamos activamente la estética, la cual nos suscita diversas sensaciones internas que son fundamentales para nuestro bienestar y percepción del entorno:
1. Tranquilidad: Aunque a menudo no lo notamos conscientemente, la estética influye en nuestro estado de tranquilidad. Analizando su opuesto, podemos entender esta conexión. Un entorno desordenado y sucio genera incomodidad y estrés, mientras que un ambiente organizado y limpio nos proporciona relajación, comodidad y paz. Nuestra mente busca la tranquilidad a través de la estética, conduciéndonos a armonizar nuestros espacios para obtener un mayor bienestar emocional. La estética puede evocar una sensación de armonía cuando los elementos de un diseño o ambiente se combinan de manera equilibrada y cohesionada. La armonía estética transmite una sensación de orden y coherencia, lo que contribuye a una experiencia placentera y satisfactoria.
2. Seguridad: La estética juega un rol fascinante en la percepción de seguridad. Imaginemos dos circuitos eléctricos idénticos: uno muestra todas sus conexiones, cables y componentes eléctricos al descubierto, mientras que el otro está contenido dentro de una carcasa plástica, adoptando una forma más elegante y discreta, como la de un celular. A pesar de ser la misma funcionalidad, el primero genera sensaciones de inseguridad debido a la exposición de sus elementos y la posibilidad de riesgos eléctricos, mientras que el segundo, gracias a su apariencia estética y ocultación de los componentes, sugiere mayor seguridad. Lo mismo ocurre con las estructuras: una edificación de diseño extraño, con disposiciones espaciales poco favorables y ladrillos expuestos, evoca inseguridad y vulnerabilidad, mientras que una construcción estéticamente agradable proyecta una sensación de solidez y protección. Los seres humanos percibimos seguridad a través de la estética.
3. Inspiración: La estética puede actuar como una fuente de inspiración para las personas. Al contemplar una obra de arte, un paisaje natural hermoso o un diseño ingenioso, es común sentir una chispa creativa que nos impulsa a imaginar nuevas ideas o perspectivas, y nos motiva a buscar la excelencia en nuestros propios proyectos y creaciones.
4. Asombro: La estética también puede provocar un sentimiento de asombro y admiración. Al encontrarnos con manifestaciones visuales, artísticas o naturales excepcionales, podemos sentirnos maravillados y sobrecogidos ante la grandeza y la perfección aparente, lo que enriquece nuestra apreciación del mundo que nos rodea.
En consecuencia, es claro que la estética va más allá de la mera búsqueda de belleza superficial en las obras de ingeniería. Sus efectos implícitos en la sociedad abarcan nuestra sensación de tranquilidad y seguridad, aspectos fundamentales para nuestro bienestar emocional y percepción del entorno. La estética, al interactuar con nuestras emociones y percepciones, se convierte en una influencia significativa que modela nuestra relación con el mundo y enriquece nuestra experiencia vital.
¿Cómo logramos que nuestras obras sean “Estéticas”?
En el ámbito de la Ingeniería Civil y la arquitectura, es fundamental considerar las propiedades que pueden enriquecer la estética de nuestras obras. De igual importancia es el adecuado manejo de las decoraciones y la cuidadosa administración de la disposición espacial, sin descuidar la prioridad de que las construcciones sean Funcionales y Seguras. Cabe aclarar que la “sensación de seguridad” conferida por la estética no debe confundirse con la verdadera “seguridad” que un ingeniero debe garantizar en sus proyectos.
Algunas de las características que contribuyen a que una obra o estructura sea estética son las siguientes:
1. Distribución espacial: La administración inteligente de los espacios juega un papel primordial en la búsqueda de la estética en una obra. Los ingenieros y arquitectos deben considerar detalladamente los espacios y tener un perfecto conocimiento de las dimensiones de los elementos no estructurales que formarán parte de la construcción. Una disposición espacial demasiado amplia puede generar una sensación de vacío indeseable, mientras que una agrupación excesiva puede dar lugar a la percepción de desorden y escasa movilidad.
2. Simetría: La simetría, entendida como la similitud de ambas partes de un todo cuando este se divide por la mitad, es una propiedad que ha sido utilizada a lo largo de la historia para lograr la belleza en las obras. La simetría no solo contribuye a la estética, sino que también se ha demostrado que las disposiciones simétricas tienden a ser más estables y resistentes en términos de capacidades estructurales.
3. Colorimetría: Uno de los factores más importantes para alcanzar la estética en una obra ingenieril es la distribución de colores. Los colores empleados en los acabados deben estar cuidadosamente relacionados y adecuados a la función de cada habitación o la fachada de la estructura. La elección de colores vibrantes y alegres para un salón de juegos en un jardín infantil, o tonalidades más sutiles y relajantes para una sala de cine, debe estar en consonancia con el ambiente deseado y la funcionalidad de cada espacio.
4. Iluminación: La iluminación es un factor de gran relevancia que a menudo se subestima. La disposición, intensidad y color de las luces pueden generar diferentes sensaciones en los habitantes de la estructura. Las luces directas proporcionan una sensación de lucidez, mientras que las luces indirectas crean una atmósfera más relajante y propicia para el descanso. La elección de luces blancas o tonos azulados puede transmitir una sensación fría, mientras que las luces amarillas y colores ocre pueden brindar calidez.
5. Acabados y elementos no estructurales: Los acabados y elementos decorativos deben estar en estrecha armonía. Es esencial definir el estilo deseado para cada habitación o espacio a decorar, ya sea modernista, minimalista, vintage o rústico. Los tipos de acabados utilizados y los elementos decorativos, como muebles, alfombras y adornos en los muros, deben estar en consonancia con las sensaciones que se pretenden generar en los ocupantes.
Conclusión
Es una responsabilidad fundamental tanto para los arquitectos como para los ingenieros comprender a fondo estas propiedades. Cabe destacar que las siguientes consideraciones son solo una introducción, ya que se puede profundizar significativamente en cada una de ellas al buscar alcanzar la estética en construcciones y decoraciones. Los profesionales en este campo deben poseer la habilidad de correlacionar los acabados y elementos decorativos con la iluminación y la colorimetría, aspectos que no deben ser considerados al final del proceso, sino que deben ser abordados desde las primeras etapas del diseño de una edificación.
Por tanto, es de suma importancia que los profesionales comprendan a cabalidad la finalidad de cada estructura y de cada habitación, así como el estilo y las preferencias del cliente final. De esta forma, se logra obtener un equilibrio y satisfacer las necesidades estéticas que puedan surgir. Al tener en cuenta desde el inicio la disposición espacial tanto de los elementos estructurales como no estructurales, se garantiza una concepción coherente y armoniosa que contribuye a la creación de ambientes estéticamente agradables y funcionales.
Es relevante mencionar que la estética en la arquitectura y la ingeniería va más allá de simplemente buscar la belleza superficial en las construcciones. La búsqueda de la estética implica un enfoque holístico, considerando múltiples elementos que convergen para crear una experiencia visual, emocional y funcional satisfactoria. La formación y el conocimiento integral del profesional, junto con una cuidadosa atención a cada detalle, son claves para alcanzar resultados estéticos exitosos en cada proyecto.
Bibliografía.
– Aesthetic Components of Architecture
Libros:
- La estética de la arquitectura, de Mario Carpo.
- Estética y arquitectura, de Juhani Pallasmaa.
- La forma en la arquitectura, de Ernst Gombrich.
- La arquitectura como lenguaje, de Kenneth Frampton.
Autor
Samuel Parariá
Estudio: Universidad Francisco de Paula Santander.
Vocación: Ingeniería Civil.
Áreas Favoritas: Estructuras, Ingeniería de Tránsito y Diseño Vial.
Cúcuta – Norte de Santander – Colombia
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